-Un calamar grande.
-Cuatro patatas grandes.
-Dos dientes de ajo.
-Una ramita de perejil.
-Un vaso de vino blanco.
-Tabasco.
-Dos cucharadas de harina.
-Aceite.
-Sal.
-Pimentón dulce.
-Colorante o azafrán.
Preparación:
-Limpiamos el calamar, lo secamos con papel de cocina para evitar salpicaduras al cocinarlo y lo troceamos. Si utilizamos calamar auténtico es preferible congelarlo durante unos días antes de prepararlo para que quede más tierno. Si no, corremos el riesgo de que quede un poco duro.
-En una cazuela, ponemos un poco de aceite y reogamos los trozos de calamar durante diez minutos. Mientras tanto, picamos muy fino el ajo y el perejil y se lo añadimos junto con un poco de sal y el vaso de vino blanco.
-Lo dejamos pasarse al menos 15 minutos más removiendo continuamente. A continuación, añadimos la harina, la pasamos en el aceite hasta dorarla y echamos dos vasos de agua. Incorporamos una cucharadita de pimentón dulce, unas hebras de azafrán o un poco de colorante y tabasco al gusto. Lo dejaremos cocer a fuego lento y añadiremos más agua si quedase muy espeso.
-Mientras tanto, pelamos y troceamos las patatas en cuadraditos y las freímos en aceite de oliva. Cuando estén casi hechas, las incorporamos a los calamares.
-Rectificamos de sal y lo dejamos cocer unos minutos más hasta que los calamares estén tiernos.
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